La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo entero hay unos 50 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos.



La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva es decir, la capacidad para procesar el pensamiento.
Afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino también para sus cuidadores y familiares.

Signos y síntomas de la demencia


Según la OMS la demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla.
Los signos y síntomas relacionados con la demencia se pueden entender en tres etapas.


 

Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Tendencia al olvido

  • Pérdida de la noción del tiempo

  • Desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.


Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y más limitadores. En esta etapa las personas afectadas:

  • Empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas

  • Se encuentran desubicadas en su propio hogar;

  • Tienen cada vez más dificultades para comunicarse;

  • Empiezan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal;

  • Sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas.


Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen:

  • una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio;

  • dificultades para reconocer a familiares y amigos;

  • una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal;

  • dificultades para caminar;

  • alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.


La forma más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que acapara entre un 60% y un 70% de los casos.

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Tasas de demencia


Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.

Se prevé que en 2030 el número total de personas con demencia alcance los 82 millones y en 2050 sean 152 millones.

 

Fuente: OMS